Cuando todo va mal, cuando necesitas unos brazos en los que refugiarte,
cuando solo una sonrisa es capaz de cambiar tu estado de ánimo, allí está él,
Marcos. Para Elsa, ese chico era el único que sabía como hacer que ella
estubiera bien, que fuera feliz en tan sólo una semana.
“Está tan guapo como siempre. No, hoy está más guapo que cualquier otro día”
Piensa Elsa a la vez que lo ve venir por el paseo de la playa. Ya no le
sorprendían las mariposas que volaban constantemente dentro de ella ni tampoco
la estúpida sonrisa que se dibujaba en su rostro cada vez que lo veía. No podia
creer como el tiempo había pasado tan rápido a su lado, pero era facil, al lado
de su chico todo era más facil.
- -
Buenos días
princesa – Dice Marcos rodeando con sus brazos la cintura de su novia y
empezando bien él dia con un beso mañanero.
- -
Buenos días! –
Dice Elsa aferrándose a su cuello.
- -
¿A que no
sabes que vamos a hacer hoy? – Dice Marcos frunciendo el ceño y dejando escapar
una divertida sonrisa.
- -
Pues si no me
lo dices.. No lo sabré – Dice Elsa de forma divertida.
- -
Como hace
buen dia, como hoy te quiero más que ayer y como me apetece, vamos a ir a los
jardines del castillo de picnic – Dice Marcos.
- -
Eres una caja
de sorpresas – Dice Elsa dándole un dulce beso en la mejilla y dejando su peso
en los brazos de su novio. Le encantaban todos los detalles que tenía con ella.
Cierra los ojos y revive todos y cada uno de los momentos vividos con él hasta
hoy. Si, definitivamente, tenía el mejor novio del mundo.
Seis
días atrás..
- -
Raquel,
Raquel! – Dice Elsa corriendo hacia su amiga.
- -
Elsa! Que tal
ha ido? Cuentamelo tooooodo ya! – Dice Raquel sentándose en el columpio del
parque y mirando fijamente a Elsa.
- - Uff.. No
tengo palabras. Solo puedo decir que es precioso – Dice Elsa balanceandose en
el columpio de al lado y con la mirada fija en el árbol que tenía en frente.
-
- Pero que ha
pasado! – Dice Raquel histérica. Lo quería saber todo.
-
- Pues nada,
que todo lo que estubimos hablando en la playa, el lo escuchó y me beso y me
dijo que sería nuestro secreto y el secreto de las olas. No entendí nada, pero
me ha dicho que esta noche me pasa a buscar después de cenar. Yo no se si
estamos juntos, pero lo que si sé, esque tenemos algo, algo especial y que le
quiero de verdad – Dice Elsa deteniendo el baibén del columpio y girándose
hacía Raquel con una enorme sonrisa. Parecía una niña pequeña con una muñeca
nueva, pero le daba igual, era feliz.
-
- Porfiiiiiin!
Lo sabía lo sabia! Sabía que estabais echos para estar juntos. Ai como me
alegro enserio – Dice Raquel saltando del columpio y abalanceandose sobre la
chica rubia.
- -
Yo también me
alegro mucho, pero no quiero ir rápido, apenas lo conozco y no quiero que se
quemen los cartuchos antes de tiempo. Me voy ya a casa a ducharme y todo, te
llamaré mañana por la mañana que seguramente tendré muchas cosas que contarte
además, tengo que hablar contigo! – Dice Elsa separándose de su amiga, dandole
un gran beso en la frente y despidiendose de ella con un guiño de ojos. Ella
estaba feliz por Marcos, y su amiga se merecía estar feliz con Héctor. Estaba
claro que Raquel no lo había olvidado y creía que Héctor sentía algo por su
amiga.
Se aleja
mientras piensa en como lo iba a hacer para que este verano, ella y Marcos no
fueran la única pareja y dejando allí a su amiga pensativa.
Esa
noche el mar estaba más calmado que nunca. Elsa lo mira fijamente, observando
como las olas se tragaban el agua que anteriormente habían dejado reposando en
la orilla. Ese sitio era especial, la hacía sentir libre y le transpiraba calma
y harmonía.
Nota una
mano apartando su rubio pelo hacia un lado seguido de un suave beso en el
lóbulo de la oreja. Sonrie. Era él. Podía oler su perfume y reconocía a la
perfección el tacto de sus labios. Siente un escalofrío, gira su cabeza hasta
encontrarse con sus ojos y lo besa.
- -
Hoy, es la
noche de las confesiones – Dice Marcos cogiendo de la mano a Elsa.
- -
Tienes
complejo de cura? – Dice Elsa mirándolo sorprendida a la vez que soltaba una
larga carcajada.
- -
Muy graciosa –
Dice Marcos mordiéndole la mejilla y contagiándose de la risa de Elsa – Vamos a
ir a un sitio que te va a gustar y así, sabrás más cosas de mi.
- -
Me parece
genial – Dice Elsa a la vez que guiada por la mano de su chico, camina sin
saber cual era el rumbo de ese paseo.
Veinte
minutos después, la pareja seguía caminando entre risas, resoplos de cansancio
y algun que otro beso para recuperar el aliento.
-
- Marcooooos,
si llego a saber que ibamos a hacer el camino de santiago, me pongo las bambas
y no estas sandalias – Dice Elsa mirándose los pies cubiertos por unas bonitas
sandalias blancas.
- -
Eres una
quejica eh! Va anda, que ya llegamos – Dice el chico rubio, tirando de la mano
de Elsa.
- -
Quejica no,
que llevamos un montón de rato caminando. Además llevas diciendome todo el
camino que ya llegamos – Dice Elsa mirando a Marcos y poniendo carita de
cordero degollado.
Marcos
la mira y se ríe. En la vida había conocido a nadie tan polifacético como ella.
Sabía que cara poner en cada momento o quizá nisiquiera lo hacía a propósito,
pero a él le hacía gracia.
Cien
metros más y tenían ante sus pies un mirador al lado de un viejo faro, El
Mirador del Faro.
Desde
allí se podía ver todo el pueblo rodeado por el mar y el faro, que ya no
proporcionaba ningún tipo de luz, hacía ese lugar aún más maravilloso.
- -
Madre mia..
es Increible – Dice Elsa sujetándose a la barandilla y contemplando el
paisaje- Ha valido la pena toda la
caminata.
- -
Es el sitio
que más me gusta del pueblo – Dice Marcos sentándose a los pies del faro –
Cuando era pequeño, mi abuelo me traía aquí y me contaba sus historias de
cuando era joven.
- -
Primera
confesión – Dice Elsa mirando a Marcos con una gran sonrisa. Se acerca a él y
se sienta a su lado.
- - Sí, yo he
hecho la primera confesión así que ahora te toca a ti – Dice Marcos esperando
la respuesta de Elsa.
- -
A ver a ver..
Pues mi confesión es, que yo pensaba que venir aquí de vacaciones sería una
mierda porque yo ya tenía planes con mis amigas, y están siendo las mejores
vacaciones del mundo – Dice Elsa con una sonrisa tímida. Aún seguía poniéndola
nerviosa esa mirada y no conseguía controlar el hormigueo que padecia su
estomago.
- -
No esperabas
conocer a nadie tan guapo como yo a que no? – Dice Marcos poniendo morritos y
levantando la ceja, dando una imagen de chulo guaperas.
- -
Eres un tonto!
– Dice Elsa dándole un golpe en el brazo a la vez que soltaba una carcajada.
Como volviera a hacer lo que acababa de hacer, se lo comia!
-
- Si soy un
tonto, pero te ha gustado. A ver me toca una confesión. Nunca había visto a
ninguna chica tan guapa como tu – Dice Marcos seguido de una sonrisa, una
sonrisa de tonto embobado.
- -
Pues ya
puedes irte a confesar, porque eso es una mentira más grande que la catedral de
Burgos! – Dice Elsa intentando ponerse seria. No se consideraba ni mucho menos
la más guapa, si nó una chica del montón.
No le da
tiempo a pensar en nada más ya que la sorprenden los labios de Marcos atrapando
los suyos.
En ese
momento a Elsa le viene a la mente la frase de una de sus peliculas favoritas, “cállame
con un beso” Nunca pensó que en la vida real estas cosas pasaran, pero aveces
la realidad supera la ficción y Elsa estaba empezando a vivir, su propia
película en versión original.