Marcos
miraba como el sol se ponia en el horizonte. Era un bonito atardecer y lo
estaba viendo solo, en la misma playa de la noche anterior. Esta vez no estaba
Elsa para hacerlo sonreir, para hacer que sus ojos brillaran más de la cuenta.
Apoya la
cabeza en su rodilla y cierra los ojos concentrandose en el sonido de las olas.
Estaba destrozado y era la primera vez que se sentía así.
Elsa
deja de correr. Estaba agotada. Se agacha y coge aire hasta recuperar el
aliento. Levanta la vista y lo ve a él sentado en la arena frente al mar.
Siente un pinchazo en el corazón y unas enormes ganas de llorar. “Elsa no
llores..” Piensa a la vez que nuevamente una lágrima recorría su mejilla. Tenía
ganas de ir hacía Marcos y abrazarlo fuerte, más fuerte que ayer, de comérselo
a besos. Pero no podía, no podía porque le había roto el corazón al chico que
había conquistado el suyo. Sergio al lado de Marcos se quedaba tan pequeño y se
dio cuenta en el momento que decidió estar sin los dos. Sensaciones
incomparables.
“Elsa,
si le quieres acércate. Quien no arriesga no gana” Pronuncia esas palabras en
voz baja y hunde sus pies en la arena.
-
Elsa! – grita
Raquel a los pies del paseo.
La chica
rubia se sorprende al oir su nombre y al reconocer aquella voz. Da media vuelta
y la ve a ella a los pies del paseo. Raquel, su amiga Raquel. Vuelve la vista
una vez más hacia Marcos, que seguía en la misma posición y nisiquiera se había
dado cuenta de su presencia y se dirige hacía Raquel secándose las lágrimas de
su mejilla.
-
Raquel.. No
debería haber venido aquí nunca – Dice Elsa totalmente derrumbada entre
sollozos.
-
Tranquila
Elsa tranquila.. – Dice Raquel abrazando a su amiga. La conocía poco, pero
estaba segura de que aquel chico rubio que permanecia en la arena, le gustaba
de verdad.
-
Yo no quería
romper una pareja, no quería que Marcos estubiera así y no quería sentirme como
me siento Raquel – Dice Elsa sin dejar de abrazar a su amiga.
-
Lo sé Elsa,
lo sé – Dice Raquel separándose de Elsa y mirándola a los ojos – Pero nadie elige
de quien se enamora no?
-
Yo no estoy
enamorada de Marcos – Dice Elsa intentando ocultar sus sentimientos.
-
No? Entonces
porque lloras – Dice Raquel poniéndole las manos en los hombros a Elsa.
Elsa no
tenía argumentos para la respuesta de su amiga. Sentía un vacio en su interior y
sabía perfectamente que ese vacío era por él, por Marcos. No tenía ganas de
hablar con Sergio, nisiquiera estaba pensando en Sergio si no que solo ocupaba
sus pensamientos el chico de la mirada cautivadora. Si, si le quería.
-
Raquel no
puedo querer a Marcos – Dice Elsa echandose a llorar de nuevo.
-
No se trata
de que puedas o no puedas, se trata de que si no le quieres, falta poco para
que eso pase. Yo no se que pasó a noche, pero algo muy fuerte tubo que pasar
para que tanto tú como él esteis así.
-
Fue una noche
increible. Los dos nos dejamos llevar por el alcohol, por la atracción y nos
besamos. Jamás he vivido una noche como la que viví ayer Raquel y esque me
trató tan bien y me hizo sentir tantas cosas que nunca había sentido.. Pero él
estaba con Carlota y yo pensé que para el había sido un desliz pero no, ha
dejado a Carlota por mi, y yo he ido a decirle que para mi también fue solo una
noche cuando no es asi. Porque, Le.. quiero. Y esque todo es un asco – Dice
Elsa cubriendose la cara con las manos.
Raquel
entendía perfectamente como se sentía su amiga ya que en algún momento del
pasado ella se sintió igual.
Decide
no seguir abriendo viejas heridas cuando la sorprende Marcos. Estaba frente a
ellas, Elsa aún llorando sobre sus manos y Raquel incredula de ver al chico
rubio allí haciéndole gestos para que lo dejara solo con Elsa.
Raquel
asiente con la cabeza, le da un beso en el pelo a su amiga y retoma el camino
hacía la piscina para reunirse con los demás y contarles la versión original de
todo lo que pasó anoche.
-
Hola Elsa –
Dice Marcos sentado a su lado
Elsa se
levanta de golpe y lo mira con cara de susto. Nuevamente ese nudo en su
estomago había vuelto a aparecer. ¿Cuándo dejaría de ponerse así cada vez que
lo tuviera delante? Era asquerosa esa sensación.
-
Hola.. – Dice
Elsa con un hilo de voz
-
Me trae
buenos recuerdos esta playa – Dice Marcos con una amarga sonrisa. A pesar de
todo, se sentía un poco mejor al tenerla cerca de nuevo.
-
No digas eso
Marcos.. – Dice Elsa desconsolada – Se ha ido la situación de las manos, yo no
quería que todo esto pasara, no quería sentirme así, no quería que tu cortaras
con Carlota, perdoname por todo Marcos perdoname..
-
No llores.. –
Dice Marcos abrazando a Elsa – Eh pequeña, no llores.
Segundos
después, la despega de su pecho y le levanta la barbilla. Esboza una sonrisa
solo para ella.
-
Porque haces
todo esto.. Yo te jodo y tu estas aquí consolandome. No es lógico – Dice Elsa
retomando la calma. Ya era hora de dejar de llorar y hablar las cosas claras.
-
Tampoco es
lógico que sienta todo lo que siento por ti pero si estoy aquí es porque me
importas y porque se, que yo soy para ti lo que tu eres para mi – Dice Marcos
el cual había oido la conversación que habían tenido las dos chicas minutos
antes.
Elsa al
oir esas últimas palabras es consciente que Marcos lo había escuchado todo. Y
sin saber porque se alegra. Ahora ya
estaba todo claro.
Le
sonrie tímidamente y espera otra sonrisa, que no tarda en marcarse en los
labios de ese chico.
Sus
labios. Esta vez Elsa tiene la mente despejada y unas intenciones muy claras.
Se acerca a él y le da un suave beso.
¡Cuanto
necesitaba Marcos ese beso! Era la confirmación de las palabras de esa chica.
-
Y ahora que? –
Dice Elsa apoyada en el brazo de marcos y buscando su mirada.
-
Aún es pronto
para empezar algo – Dice Marcos encontrando esos ojos verdes que tanto le
gustaban.
-
Lo sé, pero
quiero seguir conociendote, quiero más noches como la de ayer – Dice Elsa
seguido de un suspiro.
-
Yo también
Elsa, por eso será nuestro secreto – Dice Marcos con una gran sonrisa.
-
Nuestro
secreto? – Dice Elsa incorporandose y mirándolo con cara de sorpresa.
-
Si, nuestro
secreto, y el secreto de las olas – Dice Marcos desviando la vista hacia el mar
y recordando el momento en el que por primera vez, sus cuerpos quedaron pegados
por completo a la vez que ese ruido marino les envolvia.
Elsa no
entendía lo que Marcos quería decirle, pero no tenía prisa por saberlo. Le da
un beso más y lo abraza con todas sus fuerzas. Ese dichoso nudo de su estómago
ya había desaparecido y había dejado en su lugar cientos de mariposas. Sonríe y
cierra los ojos. “Las famosas mariposas existen” Piensa Elsa.
Marcos
tenía apoyada su cabeza en la de ella. Mira su reloj de mano y se fija en el
calendario. Aún le quedaban muchos días para hacer que la niña que tenía entre
sus brazos, se sintiera la persona más feliz del mundo.
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