Estaba atardeciendo.
Elsa se encontraba
sentada en los bancos del paseo con una sonrisa tonta en la cara. Cualquiera
que la viera supondría que estaba hablando con alguien especial y así era.
Sergio era muy especial.
-
Entonces guay
no? Ya tienes amigos con los que pasartelo bien – Dice Sergio al otro lado del
telefono.
-
Si, y esta
noche han dicho de ir a la discoteca del pueblo de al lado. Con la que mejor me
llevo es con Raquel, con el resto de chicas aún no he hablado mucho.. – Dice Elsa
pensando que esa noche podría ser buena para empezar a conocerlas mejor.
-
Bueno cariño,
ya verás como será un mes mejor de lo que te esperabas. Ya sabes que yo estoy
aquí echandote de menos y eso que solo es el primer dia – Dice Sergio seguido
de un suspiro. “Su Elsa” Piensa. Estaba lejos pero porfin era suya.
-
Eso espero. Te
tengo que dejar vale? Que aún tengo que cenar, ducharme, arreglarme y he
quedado con mi amiga a las diez y media. Un besito cielo, te quiero! – Dice Elsa
levantandose del banco a la vez que tecleaba la tecla roja de su móbil después
de recibir otro te quiero por parte de su chico. Sí que lo echaba de menos y le
gustaría estar con él en estos momentos, pero no ocupaba todo el rato sus
pensamientos. “Aún es pronto para estar enamorada del todo” Piensa Elsa a la
vez que entra por la puerta de su casa.
- Marcos! Joder
tío donde te habías metido? – Dice Héctor acércandose al muro donde se
encontraba sentado su amigo.
-
Pues llevo
aquí desde que nos hemos ido de la piscina tio. Ahora iré a casa a cambiarme y
tal para la noche – Dice Marcos con la cabeza en otro sitio. No entendía por
qué estaba así.
-
Eh, estás
bien? – Dice Héctor sentándose a su lado.
-
Si si, no te
preocupes. Tengo el día tonto hoy pero en cuanto me beba el primer cubata se me
pasa – Dice Marcos guiñandole un ojo a Héctor.
-
Como si no te
conociera hermano, que son muchos años ya. A ti te pasa algo porque no eres de
esos que cuando se raya se viene a pensar a un muro – Dice Héctor mirando a su
mejor amigo. Lo conocía desde que tenían diez años y siempre habían estado
juntos. No eran hermanos de sangre, pero si de corazón.
-
Tu lo has
dicho, son ralladas nada más. Anda vamos, que tengo el coche aparcado aquí
detrás y se nos va a hacer tarde – Dice Marcos poniéndose en pie y sacando las
llaves de su adorado audi.
Héctor
estaba seguro de que algo grave rondaba por la cabeza de su amigo pero tenía
mucho tiempo aún para averiguar cual era el motivo. Los dos juntos se suben en
el coche pensando en la fiesta que les esperaba horas más tarde.
Elsa no
había cenado mucho esa noche. Su primo Álex se había quedado dormido en el sofá
y Clara estaba sentada en la cama de Elsa mirando como su hermana se vestía y
se arreglaba.
-
Elsa cuando yo
sea mayor, podré ponerme todas las cosas que te pones tú? – Le pregunta la
pequeña a su hermana, mirando sus tacones de cuña azul marino.
-
Pues no,
porque cuando tu seas mayor, iras muchísimo más guapa! – Dice Elsa guardando la
barra de rímel en su neceser y cogiendo el brillo de labios.
-
Jo, pues yo
quiero ser mayor ya. Me puedo pintar un poquito y después me lo quito? – Dice Clara
levantándose y cogiendo el neceser de Elsa, mirando curiosa su maquillaje. Cuando
ella fuera mayor, quería ser igual de guapa que su hermana y tener todas las
cosas que ella tenía.
-
Pero si a ti
no te hace falta maquillarte para estar guapa. Pero bueno va, pon morritos –
Dice Elsa acercando el pincel untado de brillo de labios a los morritos que
acababa de poner su hermana. Se lo pasa ligeramente hasta darle un poco de
brillo y lo guarda en su sitio. – Pero mira que bien te queda! Estás echa toda
una chica mayor.
La
pequeña Clara se mira en el espejo, sonríe y va corriendo a enseñárle su “nuevo
look” a su madre.
Elsa ya
estaba lista y antes de lo previsto. “Voy mejorando” Piensa la guapa chica
rubia que se despide de sus padres y sale en busca de su amiga.
Cuando
ve a Raquel de lejos, no parece estar muy contenta.
-
Hola Elsa,
tenemos un problema – Dice Raquel con las bebidas en los pies y apoyada en la
baranda del parque donde habían quedado.
-
Que pasa? –
Dice Elsa sentándose en el muro, donde horas antes estaba sentado Marcos el
cual aún era un desconocido para ella.
-
Pues pasa que
no tenemos coche para ir a Calafell. A nosotras dos nos iba a llevar mi padre
porque el resto ya tenían coche pero al final no nos puede llevar. Así que o
vamos en bus o nos buscamos la vida – Dice Raquel de mala gana. Saca la botella
de vodka mezclada con kiwi y le da un largo trago.
-
Bueno pues no
pasa nada. Vamos en bus y ya está. ¿Los demás a qué hora irán hacía alli? –
Pregunta Elsa cogiendo la botella que le acababa de ofrecer su amiga y bebiendo
otro largo sorbo.
-
Ellos habían
quedado en el parking de la zona a las once porque tenían pensado beber allí y
después ir a la discoteca, pero si quieres nosotras nos bebemos esto aquí y
después cogemos el bus – Dice Raquel sentándose al lado de Elsa.
-
Me parece
genial. Así que no te amargues anda, que esta va a ser una noche muy larga. –
Dice Elsa dándole otro sorbo más a la botella y pasándosela de nuevo a su
amiga.
-
Y tan larga,
mira todo lo que tenemos que bebernos nosotras dos solas – Dice Raquel sacando
de la bolsa otra botella igual a la que ya habían empezado.
Las dos
juntas se ríen. Elsa coje la otra botella y las dos juntas brindan, apoyan y
beben.
Entre
trago y trago, cigarro tras cigarro y risas y más risas escuchan el ruido de
coches acercándose hacía allí. Aparcan justo en frente de la entrada del parque
y se bajan del coche un grupo de chicos y de chicas con botellas en la mano.
“No
puede ser” Piensa Elsa al ver a Jose en cabeza de la fila que se acercaba hacia
ellas.
-
Hombre rubia!
Tú por aquí! – Dice Jose con la intención de ir a darle dos besos.
-
Podrías dejar
de llamarme rubia y empezar a llamarme Elsa? – Dice la chica que iba de azul
con tono burlón. Le cansaba mucho ese tal Jose
.
-
Perdona
perdonaaaaa, No, si encima tienes carácter.. – Dice Jose mirándola con una sonrisa
pícara.
A Raquel
le cambia la cara en cuanto ve a Héctor, pero aún más cuando distingue a
Carlota entre el resto de las chicas de ese grupo.
-
Elsa vámonos
a la parada del autobús y allí nos acabamos lo poco que nos queda va – Le
susurra Raquel a la chica rubia, la cual había empezado a ignorar todo lo que
decía ese macarra.
Antes de
que Elsa pudiera responder se detiene frente a ellas la famosa Carlota.
-
Anda, tu
debes ser la nueva no? – Dice Carlota con un tono de desprecio y echándoles el
humo en la cara – Y veo que has elegido muy bien con quien juntarte mientras
estes aquí de vacaciones – Termina la frase mirándo con cara de superioridad a
Raquel.
-
Y tu eres
Carlota, que ya me he enterado que tienes mucha fama por aquí – Dice Elsa
encarando a la impertinente esa. El alcohol le estaba haciendo efecto más
rápido de lo normal y no era capaz de controlar sus pensamientos.
-
Elsa vámonos
de aquí ya. – Dice Raquel cogiendo a su amiga del brazo y tirando de ella.
-
No se quién
te crees que eres para hablarme de esta manera mocosa! – Dice Carlota
gritándole a Elsa.
-
No le hagas a
los demás lo que no te gusta que te hagan a ti Carlotiiiiiiiita – Dice Elsa
respondiéndole a Carlota a la vez que se empezaba a reir.
Raquel
se une a sus risas. Elsa tenía mucho valor, o quizá era que iba demasiado
borracha. Las dos juntas se alejan rumbo a la parada del autobús.
La actitud
de la chica rubia cabrea aún mas a Carlota que tenía la intención de ir detrás
de ella y dejarle claro quien mandaba aquí. Pero antes de que eso pudiera
pasar, Marcos la coge del brazo y la detiene.
-
Carlota
tranquilizate, el comentario que has hecho de Raquel sobraba y la nueva sólo te
ha hablado igual que le has hablado tú – Dice Marcos defendiendo a Elsa al que no
le había gustado la actitud de su novia. Aveces era insoportable, mejor dicho,
últimamente le parecía más insoportable de lo normal.
La cosa se calma y todo
el grupo sigue bebiendo y continuando con la fiesta que para ellos ya había
empezado.
-
Elsa eres la
mejooooor – Dice Raquel abrazando a su amiga y buscando su botella para beber
el último sorbo que qedaba.
-
A ver quién
se cree la imbécil esa para venirme con esos aires. Que yo seré “La nueva” como
ella dice, pero prefiero ser eso antes que la guarra del pueblo – Dice Elsa
terminándose su bebida.
-
¿Sabes por
qué le tengo tanto asco? Porque hace ya dos veranos Héctor y yo nos gustábamos
y cuando Carlota se enteró un día que salimos de fiesta, se las ingenió para
enrollarse con él en mi cara. Yo sabía que Héctor siempre había estado pillado
por Carlota, pero pensaba que yo había echo que se olvidara de ella y ya veo
que no. Lo peor de todo es que a Carlota no le interesaba Héctor, solo había
echo eso porque no quería que yo estubiera con él. – Dice Raquel sacando un
cigarro de su bolso. Remover los recuerdos del pasado le había dolido.
A Elsa
no le faltaba escuchar nada más sobre la arpía esa. Tenía muy claro que
mientras ella estubiera en aquel pueblo, Carlota no iba a hacer llorar ni una
sola vez más a Raquel y que si quería problemas, con ella los iba a tener.
El bus
llega y las dos juntas y mareadas se suben en él. Quedaba mucha noche por
delante y muchas cosas por pasar.
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