lunes, 20 de febrero de 2012

Capitulo 14 - El secreto de las Olas -


Elsa se sentía muchísmo mejor. Ahora el alcohol solo nadaba por sus venas y un largo trago de agua que había bebido en la fuente de al lado de la playa le había devuelto los pensamientos a su sitio.
Baja las escaleras que conducían a la arena y se tumba boca arriba cerca del mar. Esa noche habían muchas estrellas en el cielo y la brisa marina le golpeaba suavemente en la cara.

-         -  ¿Me puedo tumbar a tu lado? – Dice Marcos ocupando la vista panorámica de Elsa.

-        -   Yo te dejo que te sientes a mi lado, pero no prefieres estar allí en la discoteca con todos tus amigos y tu novia? – Dice Elsa sin moverse mirando fijamente los ojos de ese chico, que estaban justo encima de los suyos.

-         -  Si he venido aquí es porque prefiero estar aquí no? – Dice Marcos acabando con ese juego de miradas y tumbándose a su lado.

-          Elsa se da la vuelta y continua mirando a Marcos. Su respuesta no era la que esperaba pero sí la que quería oir. Quería que Marcos prefiriera quedarse allí con ella. Era una buena compañía por no decir la mejor.
Los segundos vuelan y ninguno de los dos pronuncia ninguna palabra, sólo se limitan a mirarse hasta que Elsa aparta la mirada. Esa mirada la ponía nerviosa.
Marcos se ríe y se incorpora un poco, apoyando la cabeza en su brazo izquierdo.

-         -  Si estubieramos jugando al juego de las miradas, hubiera ganado yo – Dice Marcos sin dejar de mirarla.

-         -  No vale, tu mirada pone nerviosa – Dice Elsa sentandose con los pies cruzados.

-         -  Pues solo te pone nerviosa a ti eh, porque nadie antes me lo había dicho – Dice Marcos.


-         -  Pues bueno.. sólo me pondrá nerviosa a mi. Pero si no tubieras esos ojazos, seguro que no me pasaría – Dice Elsa sacándole la lengua.

-        -   Entonces yo también tendría que ponerme nervioso – Dice Marcos sentándose de la misma forma que Elsa y acercándose un poco más a ella.


-         -  ¿Por qué? – Dice Elsa con ganas de oir una respuesta.

-          - Eso me lo guardo para mi – Dice Marcos a la vez que le guiña un ojo a aquella rubia. No entraba en sus planes decirle que desde que la vió no ha podido dejar de mirarla y que para él ella es preciosa. Podría decir la chica de sus sueños, pero no es ni la situación ni el momento.

-          - Te gusta dejarme intrigada? Porque lo has conseguido! – Dice Elsa que se pone en pie y camina en dirección al agua.

-          - Ese era mi propósito. Tienes intención de bañarte? – Dice Marcos. La brisa del mar levantaba una y otra vez aquella camiseta ancha y corta que llevaba Elsa dejando al descubierto su espalda bronceada y firme. Escalofrio. Marcos siente un escalofrio.

-         -  Eso me lo guardo para mi! – Dice Elsa imitando la anterior frase de Marcos.

-          - Quieres irte al agua de cabeza, no rubita? – Dice Marcos persiguiendo a Elsa.

-          - No serás capaz de tirarme a algua – Dice Elsa con los zapatos en la mano y los pies ya en el agua.

-          - No me provoques, que quien juega con fuego, se acaba quemando! – Dice Marcos de forma divertida en frente de la chica rubia.

-          - No puedes tirarme al agua, tengo un valioso móvil, tabaco y las llaves – Dice Elsa sacándose del bosillo sus pertenencias tomando precaución ante lo que pudiera pasar.
“Que me tire al agua, que me tire al agua” Decía la consciéncia de Elsa.

-          - Ya ves tu que problema.. – Dice Marcos dando unos pasos más y cogiéndola de los brazos.

-          - Porfavor porfavor, si me tiras déjame por lo menos que deje esto en la arena – Dice Elsa adoptando en su voz un tono de niña pequeña.

-         -  Te doy cinco segundos! – Dice Marcos con una sonrisa juguetona. No tenía intención de tirarla pero se estaba divirtiendo mucho viendo a Elsa de ese modo.

Elsa corre hacía la arena y deja todas sus cosas, mira a Marcos y empieza a correr.
Marcos no podía parar de reirse y Elsa no dejaba de dar circulos por aquella playa.
A los pocos segundos Elsa se había rendido y había decidido sentarse de nuevo en la arena, esta vez apoyada en las rocas las cuales separaban esa playa de una pequeña cala que había al otro lado.
Marcos seguía allí, a los pies de ese interminable mar sin poder controlar las carcajadas.

“Le hace mucha gracia no? Pues Ahora el que se va a ir al agua de cabeza va a ser él” Piensa Elsa que se levanta decidida y empieza a caminar con paso firme hasta donde estaba Marcos.
Marcos le lee el pensamiento, tira sus pertenencias a la arena justo donde se encontraban las cosas de Elsa y se quita la camiseta.

Elsa lo ve y traga saliva, intenta controlar los gestos de su cara pero por lo visto Marcos vuelve a reirse. No se le daba muy bien eso de controlar las expresiones, la había pillado.
Acelera el paso aún más enfadada y lo empuja con todas sus fuerzas al mar.
Marcos cae al agua, pero atrapa a Elsa con sus brazos la cual cae con él.
Estaban los dos empapados.

-          - Eres tontoooooooo! – Dice Elsa saliendo del agua y deshaciendose de su ropa. La deja en la arena y se vuelve a meter en el agua. Ya que la había tirado al agua con él, por lo menos se daba un baño en condiciones.

-          - Eh eh eh, nada de estreaptease Elsa, que seguro que eres menor – Dice Marcos sentado en la orilla con otra carcajada.

-          - Mira, callate anda, y no me mires! – Dice Elsa muy indignada y empieza a nadar alejandose de el.

-          - Y encima te vas a nadar y me dejas aquí solito? – Dice Marcos seguido de un puchero.

Elsa se para y lo mira. Nada de nuevo en dirección a la arena, sale del agua y se sienta en el sitio donde había dejado sus cosas sin decir una palabra.
Ese chico la había tirado al agua, la estaba haciendo rabiar y ella nisiquiera estaba enfadada. Todo lo contrario, estaba contenta y cada vez más de la noche que estaba pasando con Marcos pero no tenía intención de ceder todavía.
Marcos sale del agua, se escurre los pantalones y se sienta a su lado.

-          - Olle, el enfadado tendría que ser yo, que has sido tú la que me has tirado al agua – Dice Marcos mirando muy serio a Elsa. Se había enfadado de verdad?
Elsa lo mira y suelta una carcajada. Era muy díficil hacerse la enfadada con él. Esa mirada podía con ella.

-          - Vale vale te perdono – Dice Elsa encogiendose sobre si misma. Estaba cogiendo frío.
Se escurre el pelo, lo alborota un poco y se lo recoge en un moño alto y desecho.
Marcos sólo se límita a sonreir y al ver que Elsa había empezado a tiritar se acerca a ella y la rodea con sus brazos.

Elsa no estaba sorprendida por la reacción de Marcos y apoya la cabeza en su hombro derecho.
Tenía mucho frío pero estaba agusto, muy agusto y se deja llevar. Separa los brazos de su cuerpo y lo abraza.

Marcos siente los pequeños brazos de aquella chica rodeando su cintura y siente de nuevo otro escalofrío.

“besala, besala besala” “ No lo hagas, estas con Carlota, no la beses”. El demonio y el ángel de su consciencia habían invadido sus pensamientos. Y aunque el sabía que no debía hacerlo las ganas del momento vencen al ángel.

La mira una vez más y le acaricia la mejilla. Eleva suavemente la barbilla de la chica, clava sus ojos en los de ella y la noche hace el resto. Un beso con sabor a sal seguido de otro aún más largo. Ya no les importaba nada aunque en ese momento no estaban pensando en las consecuencias que acarrearía ese beso cuando saliera el sol.

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